Como educadores entendemos que los valores y creencias en los que creemos tendrán un profundo impacto en los ambientes de aprendizaje que creamos para los niños que están bajo nuestros cuidados. Cultivar el arte de autorreflexión nos ayudará a respaldar el ambiente inclusivo y acogedor que queremos para los niños pequeños.
¿Qué es autorreflexión?
Explicado de una manera simple, la autorreflexión es el hábito de tomarse el tiempo para prestar atención a nuestros pensamientos y sentimientos personales y estar conscientes del impacto que esos modos de pensar tienen en nuestras vidas y nuestras relaciones.
¿Cómo es beneficiosa la autorreflexión?
Cada uno de nosotros tiene sus propias ideas sobre los demás y el mundo que nos rodea. Estas ideas vienen desde nuestras niñez y continúan formándose a través de las experiencias de nuestras vidas. Tomarse tiempo para reflexionar en quiénes somos y qué pensamos del mundo que nos rodea tendrá una influencia positiva en la forma cómo nos presentamos ante los demás, incluyendo los niños que están bajo nuestro cuidado.
En un artículo de la Universidad Brandeis y su guía de investigaciones, Multicultural Teaching & Learning: Inclusion and Belonging In & Outside the Classroom, [Enseñanza multicultural y aprendizaje: Inclusión y pertenencia dentro y fuera del salón de clases] describe tres de los beneficios para educadores que practican la autorreflexión intencional:
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Tomando mayor conciencia de sus propias percepciones e interacciones con los demás
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Notando las cosas que usted hace, dice y cree
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Logrando un entendimiento más profundo de usted mismo, de sus valores y de cómo impactan sus interacciones con aquellos con diferentes raíces culturales que las suyas.
¿Cómo puedo crear una práctica más intencional de autorreflexión?
A continuación le presentamos algunas ideas y sugerencias para crear su práctica de autorreflexión.
Reconozca el valor de los momentos de reflexión
Practicar la autorreflexión es algo que muchos educadores hacen diariamente de manera natural, mientras interactúan con los niños, sus familias y sus colegas. Por ejemplo, si usted se siente frustrado con algún pequeño que no quiere dormir a la hora de la siesta, usted podría reflexionar en el por qué ésto representa una dificultad para usted y cómo podría lidiar con esos pensamientos negativos en el futuro. Estos momentos donde usted puede pausar, reflexionar y considerar cómo mejorar son cruciales para el crecimiento y desarrollo profesional del educador.
Establezca una intención para cada día
Aunque muchos maestros practican momentos cortos de reflexión durante el día, es importante y de ayuda apartar un tiempo para autorreflexiones intencionales. En un artículo de Edutopia, The Benefits of Developing a Reflective Routine,[Los beneficios de desarrollar una rutina de reflexión], la educadora y asesora de educación Megan Collins sugiere dedicar algunos minutos cada día para un diario de reflexiones diarias. Ella hace notar que, “en algún momento los maestros ya saben lo que funciona y lo que no en sus salones de clase, y a través de un enfoque más formal pueden comenzar a perfeccionar sus propias prácticas…”
Practique escribir anotaciones
Escribir sus propias notas es una especie de práctica consciente que nos ayuda a prestar más atención a momentos específicos de nuestro día. Usted podría comenzar simplemente escribiendo cómo se sintió durante el día – y notando los momentos en los que se sintió con más energía y en los que se sintió particularmente cansado o frustrado.
Un artículo de Edutopia menciona algunos ejemplos con preguntas que pueden servir de guía a los proveedores de cuidados infantiles que pueden hacerse antes de escribir sus anotaciones diarias. Así:
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¿Cómo puedo crear más momentos durante el día para pasar tiempo individual con cada uno de los niños que están bajo mi cuidado?
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¿Cómo puedo proveer más maneras para que los niños colaboren y se apoyen entre sí?
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¿Qué fue difícil en el día de hoy y cómo podría implementar cambios mañana si tengo esos momentos de nuevo?
Piense en la forma en que las interacciones con los niños varían de acuerdo a su estado de ánimo, su nivel de energía y los espacios disponibles. Al notar esas cosas estaremos más a tono con nosotros mismos y con los cambios que necesitamos hacer en nuestras rutinas diarias.
Conecte con colegas y supervisores
Programe un encuentro corto con algún compañero de trabajo (quizás a la hora del almuerzo, en algún receso o al final del día) en el que ambos puedan compartir cómo fueron las cosas durante ese día. Especialmente puede ser de ayuda conversar sobre los sentimientos que afloran en usted durante el día y cómo guió esas emociones. Usted podría encontrar oportunidades para apoyarse el uno al otro.
Vea la autorreflexión como autoayuda y cuidado
Trate de evitar juzgarse a sí mismo durante su práctica de autorreflexión. Nuestras creencias y experiencias contribuyen con nuestra habilidad de cambiar durante nuestra vida y en el trabajo con un propósito e intención. Practicar la autorreflexión es también una forma de cuidarse a sí mismo que nos ayudará a encontrar más sentido a nuestro trabajo y a nuestras relaciones con los demás.