Da un abrazo – Una de las ventajas de trabajar con niños pequeños son los abrazos. A los pequeños les encanta un buen abrazo, ¡y a ti también debería gustarte! Modelar el amor, la compasión y las relaciones sanas también puede ser una oportunidad de aprendizaje para los niños a tu cargo.
Cantar y bailar – Otra ventaja de trabajar con bebés, niños pequeños y preescolares es que resulta fácil incorporar la música y el movimiento a tu plan de estudios diario. Así que la próxima vez que los niños empiecen a cantar «Baby Shark», ¡únete tú también!
Respira – La hora de la siesta puede ser un buen momento para respirar profundamente y conceder a tu cuerpo unos segundos de paz. Mientras estás sentada junto a los niños, siéntate erguida, cierra los ojos y respira hondo 10 veces lentamente. ¡Te lo mereces!
Amabilidad – Haz algo para ayudar a uno de tus co-profesores. Di algo positivo, elogia el buen trabajo que hace con los niños o sorpréndele por la mañana con una taza de té. Trabajar en educación infantil puede ser un trabajo duro, y es importante que nos apoyemos mutuamente y nos cubramos las espaldas; ¡y tomarse un minuto para pensar fuera de uno mismo puede ser una forma perfecta de dar un respiro al propio cerebro!