Una investigación reciente de un estudio publicado en la revista Nature Communications concluye que los bebés construyen un marco para aprender el lenguaje siguiendo el ritmo de las palabras y frases que les dicen sus cuidadores. Esto ocurre durante los primeros meses de vida, antes de los 7 meses, cuando los bebés empiezan a procesar los sonidos fonéticos.
Los bebés se sienten atraídos por el ritmo de las canciones y frases que sus padres y cuidadores comparten con ellos. Las canciones infantiles y las canciones rítmicas como la canción del abecedario «a,b,c» son especialmente buenas para los bebés porque incluyen la subida y bajada periódica de los tonos. La profesora Usha Goswami, neurocientífica de la Universidad de Cambridge y autora del estudio, dijo: «(Los padres y cuidadores adultos) deben hablar y cantar a sus bebés tanto como sea posible, o utilizar el habla dirigida al bebé, como las canciones infantiles, porque marcará la diferencia en los resultados del lenguaje.»
Estos resultados concuerdan con investigaciones anteriores sobre la parentalidad, el tono de voz cantarín que suelen utilizar los cuidadores cuando hablan con los bebés. El parentesco es más agudo de lo habitual y se caracteriza por sonidos largos y lentos que suben y bajan de tono. Un estudio realizado en 2020 sobre padres y bebés descubrió que el uso por parte de los padres de la parentesis y la toma de turnos vocales con sus bebés de 6 a 18 meses tenía un impacto positivo en el desarrollo vocal y lingüístico del niño. Cuanto más frecuente era el uso de la parentesis en las interacciones adulto-niño, más a menudo utilizaban los bebés vocalizaciones para comunicarse, y más palabras eran capaces de decir a la edad de 18 meses.