El tema de la inclusión se ha convertido en un tema de debate cada vez más frecuente entre los profesionales del aprendizaje temprano. Algunos artículos recientes destacan los beneficios de las prácticas inclusivas, como herramientas poderosas para crear aulas acogedoras y representativas de nuestras diversas comunidades. Ver nuestras aulas a través de una lente de inclusión nos permite crear espacios que sean más accesibles, acogedores y acogedores para los niños con diversas necesidades, habilidades y antecedentes.
¿Por qué es importante la inclusión en la educación infantil temprana?
La inclusión no es un concepto nuevo para los educadores de la primera infancia, quienes desde hace mucho tiempo reconocen que es fundamental que cada programa de primera infancia sea un lugar que reciba e incluya a todos los niños.
Elizabeth Knudten, educadora y directora, comparte que: “En la primera infancia, cada aula es un aula inclusiva, ya sea que se trate de niños con habilidades o simplemente de niños que han tenido diferentes experiencias de vida hasta este momento. Observas tu entorno de manera diferente: ¿cómo es accesible para todos los niños y cómo está configurado tu entorno para que cada niño obtenga exactamente lo que necesita?”
Según una declaración conjunta sobre la inclusión en la primera infancia de la Asociación Nacional para la Educación de Niños Pequeños (NAEYC) y la División para la Primera Infancia (DEC), “las características definitorias de la inclusión que se pueden utilizar para identificar programas y servicios de alta calidad para la primera infancia son el acceso, la participación y los apoyos”.
Un entorno inclusivo se verá como un lugar donde…
- Todos pertenecen
- Todos son bienvenidos
- El entorno es accesible
- Se satisfacen las necesidades de todos los niños
- Existe una asociación entre padres y educadores
- ¿A quién beneficia la inclusión?
¡A todos! La inclusión beneficia a los niños con y sin discapacidades. Barb Van Haren, directora de Educación Especial del Departamento de Instrucción Pública de Wisconsin, explica: “Sabemos que los niños pequeños necesitan una variedad de experiencias enriquecedoras con todos sus compañeros, y también sabemos que no solo los niños con discapacidades, sino también los niños sin discapacidades se benefician de un entorno inclusivo”.
En las aulas inclusivas, los niños tienen oportunidades de enseñar y aprender unos de otros. Cuando los niños con diferentes habilidades están juntos en un aula, les da la oportunidad de desafiarse a sí mismos y probar cosas nuevas. Los niños también pueden formar amistades y relaciones con niños que son diferentes a ellos, lo que les permite aprender de primera mano el valor de la diversidad dentro de su comunidad.
La inclusión también es enriquecedora para los educadores. Al igual que los niños, los educadores aprenden a partir de la observación; y en las aulas inclusivas, tienen la oportunidad de observar a los maestros, terapeutas y otros miembros del equipo que utilizan diferentes técnicas y herramientas para crear un entorno en el que todos los niños puedan aprender. Esto crea un espacio que anima a los maestros a intercambiar ideas y valorar la creatividad de sus compañeros.
En un programa inclusivo, todos se benefician de una misión de acoger y celebrar la diversidad. Los educadores, los niños y los padres pueden prosperar cuando forman parte de una comunidad rica que incluye diferentes culturas, orígenes, capacidades y necesidades.
Si busca más información sobre la inclusión, puede que le guste este artículo de los archivos de Good2Know Network: Los conceptos básicos de la inclusión en el aprendizaje temprano.