Como educadores, siempre estamos buscando nuevas formas de apoyar a los niños en su desarrollo de las habilidades académicas fundamentales. En un intento de ayudar a los jóvenes estudiantes a prepararse para el jardín de infancia, a menudo dedicamos mucho tiempo a hacer hincapié en las habilidades tempranas de lectura, escritura y matemáticas en nuestro plan de estudios.
Pero, ¿y si hubiera otras habilidades tempranas que tuvieran un impacto aún mayor en la preparación para el jardín de infancia y en el rendimiento académico futuro? Aunque la adquisición de destrezas académicas es importante, las investigaciones indican que la curiosidad podría ser en realidad uno de los componentes más críticos del éxito académico posterior.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Michigan descubrió que la curiosidad en los niños pequeños está asociada a una adquisición más sólida de las palabras, a un mayor aprendizaje y exploración, y a un mayor rendimiento académico.
Los investigadores hicieron un seguimiento de 6.200 niños participantes en el Estudio Longitudinal de la Primera Infancia federal y evaluaron sus aptitudes tempranas en matemáticas y lectoescritura, junto con otros rasgos, como la inventiva, la imaginación, la atención a nuevas tareas y el afán por aprender nuevas habilidades. Los resultados mostraron que la curiosidad, concretamente el «afán por aprender cosas nuevas», era un fuerte predictor del rendimiento en lectura y matemáticas en el jardín de infancia.
Estas conclusiones son un recordatorio importante para los profesionales de la educación infantil, que intentamos crear entornos de aprendizaje enriquecedores y atractivos. Cuando nuestros programas incorporan actividades abiertas, proyectos artísticos, conversación y juego dramático, ¡estamos inspirando a los niños pequeños a ser curiosos mientras aprenden!