Muchos educadores y cuidadores utilizan rutinas y rituales en sus aulas para apoyar el desarrollo social y emocional de los niños pequeños. Desde las reuniones matinales hasta las canciones de transición, las rutinas y los rituales contribuyen a crear un entorno de aprendizaje temprano en el que los niños se sienten seguros y cómodos para explorar y probar cosas nuevas. Estos sentimientos de seguridad y estabilidad son especialmente importantes para el aprendizaje de los bebés y los niños pequeños.
Rutinas y rituales de aprendizaje
Según ZERO TO THREE, «las rutinas proporcionan los dos ingredientes clave necesarios para el aprendizaje: las relaciones y la repetición». Las rutinas crean una sensación de previsibilidad en los niños pequeños. Ayudan a los niños a saber qué esperar y qué va a pasar a continuación, lo que les permite sentirse seguros y protegidos. ZERO TO THREE comparte que las rutinas y los rituales contribuyen al aprendizaje y el desarrollo tempranos de las siguientes maneras:
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Las rutinas guían el comportamiento positivo y la seguridad. Rutinas como lavarse las manos antes de comer o ponerse el casco antes de montar en bicicleta pueden ayudar a los niños a aprender a cuidarse y a mantenerse seguros. Estas rutinas guiarán el comportamiento de los niños a medida que crezcan y les ayudarán a prepararse para el éxito en la escuela primaria y más allá.
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Las rutinas ayudan a los niños a desarrollar sus habilidades sociales. Los niños pequeños aprenden mucho sobre las interacciones sociales a partir de sus primeras experiencias. Las rutinas y los rituales, como saludar y despedirse, ayudan a los niños a aprender a relacionarse con los demás, lo que les allana el camino para entablar amistades y relaciones a medida que crecen.
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Las rutinas ayudan a los niños a afrontar las transiciones. Una de las formas más comunes en que se utilizan las rutinas y los rituales en las aulas de aprendizaje temprano es como apoyo para los niños durante las transiciones que tienen lugar a lo largo del día. Cuando se incorpora una rutina o un ritual a la transición, puede ayudar a reducir parte del miedo que los niños pueden sentir al pasar de una actividad a otra. Algunos profesores utilizan canciones para indicar que es hora de limpiar y pasar a la siguiente actividad, mientras que otros pueden utilizar una campana o un sonido especial. Todas estas rutinas pueden ayudar a los niños a sentirse más cómodos, ya que aprenden lo que pueden esperar a lo largo del día.
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Las rutinas son una importante oportunidad de aprendizaje. A través de las rutinas y los rituales, los niños aprenden importantes habilidades para la vida que les ayudarán a medida que crecen y se preparan para el jardín de infancia. Los rituales también ayudan a los niños a sentirse lo suficientemente seguros como para asumir riesgos, experimentar con nuevas actividades y desafiarse a sí mismos.
El Center on the Social and Emotional Foundations of Early Learning (CSEFEL ) subraya que, para los bebés y los niños pequeños, es importante que las rutinas sigan un patrón diario coherente. El CSEFEL explica que «con los bebés y los niños pequeños, el tiempo no es realmente el problema, sino la secuencia o el orden de las rutinas de cuidado. Para el niño muy pequeño es más importante que realicemos las principales actividades de cuidado en un orden regular que tratar de cumplir un horario… mientras que para los bebés muy pequeños la individualización es el nombre del juego, los bebés más grandes y los niños pequeños se benefician de las rutinas y los horarios flexibles.»
Rituales y rutinas creados con los niños
Los educadores pueden invitar a los niños y a las familias a contribuir a los rituales. Por ejemplo, los niños pueden tener canciones o libros favoritos que se convierten en parte de la rutina de la clase, mientras que decir hola, adiós o gracias en más de un idioma es una oportunidad para honrar la diversidad en su clase.
Especialista en primera infancia y consultora educativa, Carrie Becker, destaca cómo los rituales y las rutinas pueden ser particularmente poderosos para construir relaciones y fortalecer el vínculo entre los niños y los cuidadores: «Cuando seguimos el ejemplo de un niño, a menudo tropezamos con rutinas y rituales que no habíamos previsto. Estos rituales y rutinas creados conjuntamente construyen los vínculos más fuertes en el aula».
Rituales y rutinas en la escuela y en casa
Los educadores suelen tener varios rituales integrados en el flujo diario de sus clases. Si busca más ideas, la siguiente lista puede ayudarle a encontrar nuevas formas de incorporar rutinas a su plan de estudios. La lista incluye sugerencias que puede compartir con los padres y las familias para que las incorporen a su jornada, por ejemplo, al recoger o dejar a los niños.
Rituales para educadores
Cantar una canción todas las mañanas durante la hora del círculo, durante las transiciones, la hora de la limpieza o para prepararse para la siesta es una forma útil de recordar a los niños lo que deben esperar a lo largo del día.
La hora de la siesta puede ser especialmente difícil para los niños pequeños, que se relajan después de un día estimulante de juegos y pasan a descansar. Leer un libro tranquilo, atenuar las luces y poner una canción relajante son rituales útiles y de apoyo para preparar a los niños para la siesta.
Rituales para las familias
Al final del día, las familias pueden cantar una canción con sus hijos en el camino a casa o mientras cenan. En un seminario web con Tinkergarten, Suzanne Tucker, fundadora de Generation Mindful compartió una divertida canción para reflexionar sobre los sentimientos: «¿Cuándo me he sentido feliz? ¿Cuándo me he sentido triste? ¿Cuándo me he sentido tranquilo? ¿Cuándo me he sentido enfadado?». Cantar esta canción al final de cada día es un gran ritual que las familias pueden utilizar para reflexionar sobre los sentimientos y ayudar a los niños a empezar a desarrollar su vocabulario emocional. Esta canción también puede utilizarse en el aula al final del día, antes de recoger a los padres, para que los niños tengan la oportunidad de reflexionar en grupo.
El Centro de Fundamentos Sociales y Emocionales del Aprendizaje Temprano (CSEFEL) anima a los educadores a «hablar con las familias sobre un divertido ritual de ‘despedida’ que puedan hacer todos los días con su hijo. Por ejemplo, la mamá podría ayudar a su hijo a colgar la mochila y luego darle besos de mariposa de despedida mientras le dice: ‘Aquí está mi beso especial de mariposa para que dure todo el día, volveré a recogerte, así que vete a jugar'».