Como profesionales del aprendizaje temprano, sabemos que los comportamientos desafiantes, desde la agresividad a las rabietas, son frecuentes en las aulas de preescolar. También sabemos que puede ser difícil responder eficazmente a estas situaciones estresantes. Este artículo comparte estrategias prácticas y compasivas para atenuar los comportamientos desafiantes y ayudar a los niños pequeños a desarrollar habilidades socioemocionales para el futuro.
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Aunque el comportamiento desafiante puede ser frustrante, es importante recordar que es típico y apropiado desde el punto de vista del desarrollo. Durante el desarrollo cerebral tempranolos niños pequeños están aprendiendo habilidades cognitivas y socioemocionales que les ayudarán a autorregularse cuando experimenten grandes emociones como la ira, la frustración y la decepción.
Como cuidadores, puede ser útil recordar que los niños que muestran comportamientos desafiantes no están actuando intencionadamente, sino que lo están pasando mal pero carecen de las habilidades para gestionar sus emociones por sí mismos. Respondiendo a los niños con positividad, empatía y compasión, les ayudamos a desarrollar una base de autoconocimiento y habilidades de autorregulación que les equiparán para afrontar futuras dificultades emocionales.
Estrategias compasivas para controlar las conductas problemáticas
Valida los sentimientos del niño
Cuando un niño está frustrado o disgustado y las emociones están a flor de piel, los adultos que lo cuidan pueden aliviar la situación validando verbalmente la experiencia del niño. Por ejemplo, podríamos decir algo como “Ya veo lo decepcionado que estás porque ha llegado la hora de limpiar. Puede ser difícil guardar los juguetes cuando nos estamos divirtiendo tanto”.
Este tipo de respuesta comunica que el niño es visto, al tiempo que le introduce en un lenguaje que nombra emociones concretas. Con el tiempo, estas interacciones dotan a los niños de un conjunto de herramientas que podrán utilizar para comunicar sus experiencias.
Utiliza un lenguaje positivo para ofrecer alternativas
En momentos de comportamiento desafiante, es importante elegir nuestras palabras con cuidado. Evita utilizar un lenguaje negativo, como «no lo hagas o «detente». que haga hincapié en lo que el niño no debe hacer, y en su lugar prueba con un lenguaje más positivo que le diga al niño lo que te gustaría que hiciera. Por ejemplo, en lugar de decir “Deja de gritar” podrías decir “por favor, usa una voz más baja para que pueda entender lo que tienes que decir”. O, en lugar de decir a los niños “no corras en clase”. podrías recordarles que “usamos los pies para andar cuando entramos”.
Enseñar habilidades de afrontamiento
El comportamiento desafiante se produce cuando los niños no saben cómo gestionar los sentimientos que experimentan. Por eso es importante demostrar respuestas autocalmantes que ayuden a los niños a aprovechar las habilidades para afrontar las emociones. Por ejemplo, cuando un niño está enfadado, podemos ayudarle a practicar la toma de algunas respiraciones profundas para calmar su cuerpo. O, cuando un niño se sienta enfadado y pueda sentirse inclinado a pegar a otro niño, podemos ofrecerle una alternativa segura para liberar la agresividad, como una almohada o un peluche, junto con algunas palabras de orientación como, “Veo que estás enfadado, pero no dejaré que pegues a tu amigo. Tomémonos un descanso y aplastemos estos peluches tan fuerte como podamos”.
Introducir estrategias para redirigir el comportamiento desafiante, ayuda a los niños a desarrollar un conjunto de herramientas y habilidades de afrontamiento que pueden utilizar cada vez que se sientan abrumados o alterados.
Refuerza positivamente y elogia verbalmente
Una vez pasado el momento difícil, reconoce el comportamiento positivo del niño. Podrías decir algo como: “¡Me encanta cómo has respirado hondo para calmarte cuando estabas enfadado! Me alegro mucho de que te sientas mejor”. Es especialmente beneficioso ser específico al elogiar, para que el niño aprenda exactamente qué tipo de comportamientos hacer quieren ver en el aula.
Incorporar refuerzos positivos a lo largo del día (incluso cuando no se produzcan comportamientos desafiantes) ayudará a fomentar comportamientos más deseables. Sienta bien recibir elogios, ¡y a los pequeños les gusta saber qué tipo de cosas pueden hacer para obtener el refuerzo positivo y la atención de sus cuidadores!
Una nota sobre el autocuidado
Controlar un comportamiento desafiante puede ser difícil, y responder con compasión y amor requiere que tengamos mucha paciencia. Podemos desarrollar nuestra capacidad de mantener la compostura en los momentos estresantes dedicando tiempo cada día a practicar nuestras rutinas favoritas de autocuidado.
A continuación se incluyen algunos recursos útiles de autocuidado para educadores: