Las realidades de la pandemia de COVID-19 han obligado a los profesionales de la educación infantil a reorganizar completamente sus aulas y los procedimientos de sus programas. Y, a medida que se disponga de más información, habrá que hacer más cambios para adaptarse a las nuevas normativas y requisitos. Todos estos cambios requerirán flexibilidad y mucha comunicación con los padres para garantizar que todos estén de acuerdo.
Dado que los últimos meses han sido especialmente duros para las familias, es nuestra responsabilidad como educadores ofrecer apoyo, procurando la mayor coherencia posible.
Pide actualizaciones
Los últimos meses han cambiado drásticamente la forma en que vivimos nuestras vidas. Los niños pequeños, que necesitan rutinas y previsibilidad, se han visto afectados de muchas maneras por los cambios que han experimentado. Aunque nos alegramos de volver a las viejas rutinas, muchos de nuestros pequeños han experimentado grandes cambios en su mundo y pueden necesitar ayuda para adaptarse. Es probable que los niños necesiten algo más de cariño y apoyo durante las primeras semanas de la transición de vuelta al colegio.
Para ayudar a los niños a volver a la normalidad, los educadores deben asegurarse de tener toda la información actualizada sobre cómo les ha ido, preguntando a los padres: ¿Tiene tu hijo un¿nada nuevo que te guste o te disguste? ¿Qué ha sido especialmente estresante en los últimos meses? ¿Qué ha cambiado? ¿Algo más que deba saber?
Esto puede hacerse con una comprobación por correo electrónico, una llamada telefónica, un breve formulario de encuesta de Google o una rápida conversación en persona (con pautas de distanciamiento social). También querrás crear una forma designada para que los padres proporcionen actualizaciones en el futuro. A medida que continúen los cambios, será importante que los padres sepan cómo ponerse en contacto con los educadores y cuidadores de sus hijos.
Comunicar en exceso los nuevos cambios
Con tanta incertidumbre, los padres buscan algo con lo que puedan contar. Las actualizaciones periódicas por correo electrónico, llamada o mensaje de texto ayudarán a los padres a mantenerse en contacto. La comunicación clara sobre los nuevos procedimientos será importante antes de la reapertura de los programas, y los padres deben tener amplias oportunidades de ponerse en contacto con el personal del programa si tienen preguntas. Asegúrate también de hacer un seguimiento con recordatorios adicionales.
Como habrá muchas actualizaciones, asegúrate de que tus mensajes sean breves y directos para no abrumar. Incluso puedes plantearte colocar carteles por el centro para que los padres los vean cuando lleguen y les recuerden los nuevos cambios.
Deja espacio para las diferencias de opinión
Los grandes cambios suelen provocar grandes sentimientos. Muchas familias tendrán opiniones sobre el COVID-19 y sobre la mejor manera de mantener seguros a sus hijos cuando vuelvan a la guardería. Inevitablemente, habrá diferencias de opinión. Esto puede ser difícil de manejar, ya que tratamos de encontrar el equilibrio entre lo que funciona para cada niño individualmente y lo que funciona para el grupo.
Aunque no puedas poner en práctica sus ideas, permite que los padres expresen sus opiniones. Para construir una asociación, es necesario mantener la puerta abierta a la conversación y la comunicación honestas. Escucha y ten en cuenta las distintas perspectivas de los padres, recordando al mismo tiempo que está bien mantenerse firme en las políticas que has creado. Para que la conversación siga avanzando, recuerda suavemente a los padres que tú y el equipo estáis haciendo todo lo posible para mantener a todos seguros y sanos.
Compartir actualizaciones positivas
Aunque puede haber mucho estrés e incertidumbre, ¡también hay buenas noticias! Los niños se alegrarán de ver a sus amigos y, tras volver a la rutina, deberían disfrutar de la vuelta a la rutina. Asegúrate de compartir estas cosas con los padres, junto con el resto de tus comunicaciones. Los padres se alegrarán de recibir buenas noticias y se alegrarán de ver a sus hijos disfrutando y jugando de nuevo.