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Explorar el apego en la educación infantil

Las relaciones que un niño pequeño establece con sus cuidadores adultos se convierten en la base de su desarrollo futuro. Cuando los niños forman un vínculo seguro con un cuidador adulto que les ayuda a sentirse seguros y cuidados, pueden aprender, crecer y explorar con confianza.

Las relaciones que fomentan un apego seguro comienzan ya en el nacimiento y siguen teniendo un impacto positivo durante la infancia e incluso en la edad adulta. En este artículo, exploramos el significado del apego y el papel crucial que desempeña en un desarrollo sano. También destacamos las formas en que puedes fomentar el apego seguro con los pequeños a tu cargo.

Comprender el apego

El apego se refiere a un tipo muy específico de relación entre los bebés y sus cuidadores. Un artículo de Abi M. B. Davis, investigadora de doctorado de la Universidad de Lincoln y Katherine B. Carnelley, profesora asociada de la Universidad de Southampton define el apego como: «…un vínculo estrecho entre dos personas. Normalmente, el primer apego que experimentamos es el apego a un progenitor cuando somos bebés (a menudo, aunque no siempre, a las madres al principio). Esta persona significa seguridad y protección para los bebés, que buscan en su cuidador protección, consuelo y apoyo emocional. Los niños pequeños suelen alterarse mucho cuando se separan de su primer cuidador. Cuando los niños crecen, empiezan a formar vínculos con otras personas, como los abuelos u otros cuidadores.»

El apego se forma a lo largo de los primeros años del niño, pero las relaciones de apego son especialmente cruciales entre el nacimiento y los dos años de edad, cuando los niños dependen completamente de sus cuidadores para satisfacer sus necesidades. La capacidad de respuesta, el afecto y el cariño que proporcionan los cuidadores durante estos primeros años proporcionan a los niños una sensación de seguridad que les preparará para formar otras relaciones sanas a medida que crezcan.

Cómo se desarrolla el apego

El apego se forma a través de las interacciones tempranas entre los bebés y sus cuidadores. Los intercambios de ida y vuelta entre un niño y un adulto comprometido crean una conexión que ayuda al niño a sentirse apoyado. Al responder a las señales del niño, como cogerlo en brazos cuando llora u ofrecerle un biberón cuando parece tener hambre, los cuidadores demuestran que están en sintonía con las necesidades del niño, y que éste puede sentirse seguro y protegido.

Un artículo de artículo de la terapeuta matrimonial y familiar, Andrea Haffner, explica que la sensación de seguridad se comunica a los bebés de diversas maneras: «Durante la infancia, el apego crece a través del contacto visual, del tacto y la proximidad, del oído y del reflejo mutuo… A través de esta sintonía en desarrollo, el bebé llega a sentir que sus necesidades serán comprendidas y satisfechas en gran medida. De este modo, experimenta una sensación de seguridad y confianza en sus cuidadores, que gradualmente se extiende a una sensación de seguridad en sí mismo y de confianza en su mundo.»

4 Estilos de Fijación

Los Primeros 5 de Californiauna organización estatal que ayuda a garantizar un buen comienzo en la vida para los niños de California, describe los 4 estilos de apego:

  1. Fijación segura: Los niños con este estilo de apego se sienten seguros en sus relaciones y pueden explorar su entorno sin miedo al abandono. Tienen confianza en sí mismos y una visión positiva de sí mismos. Como cuidadores, ¡nos esforzamos por ayudar a los niños a desarrollar un estilo de apego seguro!
  2. Apego ansioso-ambivalente: Los niños con este estilo de apego pueden parecer temerosos y pueden aferrarse a sus cuidadores o tener dificultades para explorar su entorno durante el juego. Puede que necesiten que se les asegure que están seguros y cuidados.
  3. Apego ansioso-evitativo: Los niños con este estilo de apego suelen evitar a sus cuidadores y pueden tener dificultades para establecer relaciones estrechas y de confianza. Mientras juegan, puedes observar que juegan solos y muestran poco interés por jugar con otros niños.
  4. Apego desorganizado: Los niños con este estilo de apego pueden tener problemas para comprender y gestionar sus emociones. Durante el juego, pueden parecer confusos o abrumados. A menudo acuden a su cuidador en busca de consuelo, pero luego lo alejan cuando intenta ofrecerles apoyo.

Relaciones con el cuidador y apego seguro

Las relaciones comprometidas y enriquecedoras con los cuidadores ayudan al niño a desarrollar un sentimiento de confianza en las personas que le rodean y una base para un desarrollo social saludable continuo. Un artículo y un gráfico publicados en El sitio web Illinois Early Learning muestra la conexión entre las relaciones de apego y los primeros hitos del desarrollo:

«Las relaciones de apego seguras son la base de un desarrollo social y emocional sano. Los niños crean vínculos especiales con uno o unos pocos adultos que son cálidos, sensibles, receptivos y fiables a la hora de satisfacer sus necesidades. Estas relaciones ayudan a los niños a ganar confianza, seguridad y confianza, todas ellas importantes para que los niños exploren, aprendan, interactúen y establezcan relaciones con los demás.

Las relaciones de apego consisten, en primer lugar, en satisfacer las necesidades básicas de los niños mediante cuidados sensibles y sincronía. Si estas necesidades se satisfacen sistemáticamente, se desarrolla la confianza. Una vez que los niños empiezan a gatear y a andar, utilizan sus figuras de apego como base segura para la exploración.»

Vinculación a múltiples proveedores de asistencia

Aunque a menudo se piensa que el apego se refiere a las relaciones entre padres e hijos, un estudio publicado en la revista Journal of Applied Developmental Psychology (Revista de Psicología del Desarrollo Aplicada) descubrió que los niños de tan corta edad como los bebés tienen la capacidad de formar vínculos de apego con múltiples cuidadores. La revista el artículo informaba que «los estudios existentes sugieren que las relaciones de los bebés con los profesores o cuidadores de los programas de primera infancia pueden contribuir de forma importante al desarrollo de los niños pequeños… Además, existen pruebas, al menos preliminares, de que el apego con los cuidadores puede influir en los resultados del niño independientemente del apego con los padres».

Esto demuestra que las relaciones que establecemos con los niños pequeños a nuestro cuidado pueden tener un impacto significativo en su desarrollo social y su bienestar. Es un recordatorio de la importante labor que realizas para desarrollar relaciones significativas con los pequeños a tu cargo todos los días.

Fomentar el apego seguro en los entornos de aprendizaje temprano

Crear un entorno en el que los niños puedan desarrollar un apego sano es algo que muchos cuidadores hacen de forma natural. A continuación se exponen algunas consideraciones clave para aplicar una perspectiva de cuidado centrada en el apego con el fin de crear vínculos fuertes y significativos con los bebés y niños pequeños a tu cargo.

Responde a las señales de los niños

Cuando los bebés y los niños pequeños griten o pidan ayuda, respóndeles con calidez y afecto. Ayúdales a calmarse cuando lloren y ofréceles un biberón cuando parezcan hambrientos. Cuando se responde a sus necesidades, los niños pequeños se sienten seguros y aprenden que pueden confiar en que los demás cuidarán de ellos cuando lo necesiten. Esta capacidad de confiar crea una base para el desarrollo continuado de relaciones sanas a medida que el niño crece.

Facilita Interacciones Significativas

Las interacciones cotidianas que disfrutamos con los niños a nuestro cuidado crean oportunidades para formar relaciones de confianza y participar en intercambios significativos. Con los bebés, estos intercambios se producen con mayor frecuencia durante las rutinas diarias de cuidado, como la hora de comer, el cambio de pañales y el tiempo boca abajo. Mucho antes de que los bebés digan su primera palabra, podemos interactuar con ellos mediante el contacto visual, las sonrisas, los arrullos, las risas, los gestos y el canto. Estas conexiones crean una sensación de seguridad y apego seguro.

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