Trabajar con niños pequeños es una carrera importante y gratificante. Los profesionales de la primera infancia tienen la oportunidad de entablar relaciones con las familias y ver crecer y aprender a los niños cada día. Pero tampoco es ningún secreto que el trabajo de los profesionales de la educación infantil no es fácil. Requiere largas jornadas, mucha energía y, sobre todo, paciencia. Cuando el estrés del trabajo se vuelve abrumador, puede repercutir en la salud mental y el bienestar personal. Para combatir el estrés, es importante dedicar tiempo al autocuidado.
Consejos sencillos para desestresarte y volver a la normalidad
Ed. Harvard comparte los siguientes cinco consejos para desestresarse recomendados por la antigua profesora de preescolar, Emily Wiklund.
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Reconoce los retos: Dado que la profesión docente «se encuentra justo en la intersección de una gran demanda y un escaso apoyo profesional», el trabajo puede ser especialmente estresante. Permítete reflexionar sobre los retos de tu trabajo para encontrar formas de reducir el estrés. Ser consciente de las exigencias físicas, emocionales y mentales de tu carrera te facilita estar en sintonía con tus niveles de estrés y te ayuda a reconocer cuándo estás empezando a sentirte quemado. En esos momentos, conversa con tu equipo o director para ver si hay algún lugar en el que puedas recibir ayuda adicional. Incorpora la respiración consciente a tu día (consulta el ejercicio siguiente). O tómate de vez en cuando un día personal para descomprimirte, de modo que puedas volver sintiéndote reenergizado.
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Echa un vistazo a tu equipo: Es posible que veas signos de que los profesores sufren agotamiento o fatiga, como «dificultad para concentrarse o atender a las tareas, nerviosismo e irritabilidad, tristeza o desapego y aislamiento». Comprueba a menudo cómo les va a tus compañeros de equipo y si hay algún lugar en el que puedas ofrecerles más apoyo. Podrías ir a dar un paseo juntos en la pausa para comer, escucharles desahogarse sobre los retos de la clase o incluso llevarles una taza de café o té por la mañana. Los pequeños actos de amabilidad pueden ayudar a que tus co-profesores se sientan afirmados, apoyados y atendidos.
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Encuentra una comunidad: Tanto si te relacionas con profesores con los que trabajas como si encuentras una comunidad fuera de tu aula, ayuda tener a alguien con quien hablar después de un día estresante. Esto puede ayudar a «obtener ideas sobre cómo responder la próxima vez o simplemente algún reconocimiento positivo de que las cosas irán bien». Para reunirte con miembros de tu comunidad, consulta Nextdoor, Facebook y los centros comunitarios para ver si hay algún grupo social o club de lectura local que se reúna con regularidad. Si no encuentras ninguno, puedes considerar la posibilidad de organizar una cita periódica para salir a caminar o tomar un café con algunos de tus compañeros de clase o con amigos y vecinos de la zona.
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Reconecta con la intención: Recuérdate a ti mismo por qué haces el importante trabajo que haces. «Pregúntate por qué querías ser profesora en primer lugar. ¿Qué es lo que siempre te ha gustado de trabajar con niños pequeños y sus familias?». Cuando pienses en qué partes de tu trabajo disfrutas especialmente, ¿es la interacción con las familias? ¿Es la organización del aula? ¿O tal vez te entusiasma especialmente crear un plan de estudios nuevo y emocionante para los niños? Sea lo que sea lo que alegra tu trabajo, ¡intenta incorporar más de esa tarea concreta cada día para volver a encender tu pasión y amor por tu trabajo!
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Tómate tiempo para ti: Los hábitos de autocuidado pueden ayudarte a mantener la calma y la mente en calma durante los días estresantes. «Esto puede incluir el yoga, caminar con atención, o incluso comer con atención, lo que incluye notar y saborear texturas y sabores. Durante la jornada escolar, que puede resultar ajetreada, los profesores pueden encontrar lugares tranquilos durante los descansos, y relacionarse socialmente con sus colegas durante el almuerzo o al final del día. El autocuidado y los fuertes lazos comunitarios no son lujos; son componentes esenciales para proporcionar experiencias de calidad a los niños.»
Ejercicio de respiración consciente
La respiración consciente puede ayudarte en un momento de estrés, durante un descanso, mientras los niños duermen la siesta o por la mañana antes de empezar el día. De Cero a Tres comparte un sencillo ejercicio de respiración para ayudar a calmar tu mente y tu cuerpo en menos de 20 segundos. Esta técnica puede hacerse una vez, como un rápido restablecimiento, o puede hacerse varias veces seguidas como una meditación más larga cuando el tiempo lo permita.