Como educadores y cuidadores, nos esforzamos por crear entornos pacíficos y de apoyo para los niños a nuestro cargo. En las ajetreadas aulas de educación infantil, esto no es tarea fácil, y puede resultar especialmente difícil cuando los pequeños muestran comportamientos desafiantes que perturban el aula y ponen a prueba nuestra paciencia. Incorporar una práctica de atención plena a la rutina diaria de su programa de aprendizaje temprano puede ser especialmente eficaz para afrontar, responder e incluso prevenir algunos de estos comportamientos problemáticos.
La atención plena puede ser una herramienta poderosa tanto para los educadores como para los niños pequeños que se enfrentan a comportamientos problemáticos. El recurso de ZERO TO THREE, Getting Started with Mindfulness, describe el modo en que se ha comprobado que las prácticas de atención plena en las aulas de aprendizaje temprano mejoran la regulación emocional y disminuyen la reactividad. Esto significa que tanto los educadores como los niños son más capaces de gestionar los sentimientos difíciles y mantener la calma en los momentos de angustia.
La atención plena puede proporcionar a los niños herramientas para calmarse cuando experimentan decepción, frustración u otros sentimientos que pueden conducir a comportamientos desafiantes. Para los educadores, las herramientas de mindfulness pueden ayudarnos a mantener la calma cuando nos enfrentamos a comportamientos desafiantes y a responder con comprensión compasiva.
La atención plena es una «práctica», lo que significa que tiene mayor impacto cuando se incorpora a nuestras rutinas diarias. Nuestro cerebro es un músculo que hay que ejercitar con regularidad y frecuencia. Aunque las prácticas de mindfulness son útiles en los momentos de mayor estrés, también es importante practicar mindfulness en los momentos de calma, para desarrollar nuestros músculos mindful tan a menudo como podamos.
El artículo del NY Times, Mindfulness for Children, añade: «No hagas que el mindfulness parezca algo que sólo se usa en momentos difíciles: preséntalo como una herramienta que se puede utilizar en diversas situaciones.» Por ejemplo, puede incorporar una práctica de atención plena durante la hora del círculo para establecer un tono pacífico para el día y antes de la siesta para ayudar a los niños a relajarse y prepararse para el descanso.
Las siguientes actividades de atención plena son apropiadas para niños pequeños y preescolares, ¡y para sus cuidadores! Encontrarás actividades de respiración consciente que pueden realizarse en cualquier momento, junto con actividades para ayudar a los niños a calmarse en esos momentos de estrés y grandes sentimientos que a veces pueden desembocar en comportamientos desafiantes.
1. El siguiente
ejercicio de respiración abdominal de Healthy Steps es fácil de incorporar a su rutina diaria y no requiere materiales adicionales.
Empieza haciendo que los niños se sienten o se tumben con una mano sobre el vientre y la otra sobre el pecho. Demuestre cómo inhalar profundamente por la nariz y exhalar por la boca. Anima a los niños a intentarlo y a notar cómo se les levanta la barriga al inspirar y cómo se les baja al espirar. Repite 3-5 veces.
Para divertirse más, sugiere a los niños que imaginen que están inflando un globo mientras inhalan y exhalan. También puede animar a los niños a exhalar de forma completa y calmada imaginándose que apagan una vela.
Prueba el ejercicio con «compañeros de respiración», animando a dos niños a que se pongan uno frente al otro y observen cómo el vientre de su amigo sube y baja al respirar.
2. CERO A TRES
estrella de mar anima a los niños a trazar sus manos mientras practican una respiración lenta y tranquila.
Empieza invitando a los niños a elegir una mano para que sea la estrella de mar y a extenderla con la palma hacia fuera y los dedos separados.
Demuéstrales cómo pueden utilizar el dedo índice de la otra mano para trazar la estrella de mar mientras respiran, empezando por el pulgar y luego, mientras inspiran, trazando el pulgar hasta la parte superior. Con la exhalación, traza hacia abajo la parte interior del pulgar.
Cuando los niños se unan, sigue respirando hacia arriba y hacia abajo por cada dedo, acompasando el movimiento con la respiración.
Anima a los niños a seguir respirando y trazando, mientras notan las sensaciones de movimiento en su cuerpo: el pecho y el vientre moviéndose hacia dentro y hacia fuera y tu dedo moviéndose hacia arriba y hacia abajo.
1. Puedo cal marme. Este vídeo de un minuto muestra al Monstruo de las Galletas calmándose cuando se siente abrumado, apretando los músculos todo lo que puede durante cinco segundos antes de soltarlos mientras exhala completamente. El vídeo anima a los niños a recordarse a sí mismos «¡Puedo calmarme!» como mantra para utilizar en momentos de mucho estrés y grandes sentimientos.
2. Respirar, pensar, hacer
Cuando los niños se sienten abrumados, podemos ayudarles a utilizar esta sencilla estrategia de «Respirar, Pensar, Hacer» para calmarse, identificar sus sentimientos y trabajar para resolver su problema.
Respira: Anima a los niños a respirar profundamente para ayudarles a calmar su cuerpo. Esto es especialmente eficaz si los niños se susurran a sí mismos «cálmate» u otras frases alentadoras.
Piensa: Anima a los más pequeños a que te cuenten cómo se sienten y por qué; ayúdales a encontrar las palabras diciéndoles lo que notas («Parece que te sientes frustrado porque te cuesta ponerte el jersey»). Ayuda al niño a idear distintos planes para resolver el problema.
Hazlo: Anima a los niños a elegir un plan y probarlo. Recuérdales que aprender cosas nuevas requiere práctica: no es que no puedan hacerlo, es que aún no pueden.
