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Cómo el uso del lenguaje de apoyo ayuda a los niños pequeños a aprender y a prosperar

El lenguaje que usamos con nuestros niños pequeños es increíblemente importante. Los niños escuchan con mucha atención a sus cuidadores para crear conexiones y aprender sobre el mundo que los rodea. Tomarse el tiempo para escoger las palabras y frases que usamos deliberadamente con los niños ayuda a crear un ambiente de aprendizaje seguro y basado en relaciones. En este artículo compartimos algunos planteamientos sobre la comunicación que apoyan relaciones significativas y producen resultados positivos en su comunidad de aprendizaje temprano.

Reemplace “Mío” por “Nuestro”

Construir y edificar relaciones con los niños comienza cuando les dejamos saber que son valorados y bienvenidos. Los niños necesitan sentir y ver su propio espacio en la comunidad de su salón de clases para sentirse seguros y protegidos.

Usando un lenguaje incluyente como “nosotros” y “nuestros” ayudamos a crear un sentido de propiedad colectiva. Por ejemplo, en lugar de decir “¿Quieres leer uno de mis libros?”,  usted podría decir “¿Quisieras leer algunos de nuestros libros?”. Este cambio sutil es un recordatorio de que el salón de clases es un espacio compartido que le pertenece a todos. Como resultado habrá una comunidad en la que los niños se sienten cómodos y protegidos cuando estén bajo su cuidado.

Haga preguntas

Una de las formas más sencillas de hacer conexiones con los niños es hacerles preguntas y mostrarles el interés genuino sobre las ideas que cada niño tenga, sobre sus preferencias y sus opiniones. Pregúntele a los niños sobre el dibujo que están haciendo o lo que están construyendo con los legos. De esa manera aprenderá más sobre lo que los niños están pensando y en lo que están interesados.

Podemos intercambiar preguntas por instrucciones que incluyan a los niños en los planes del salón de clases y darles más oportunidades de tener control sobre su día. Por ejemplo, en lugar de decirle a los niños que se pongan en fila ́ podríamos preguntarles: “¿Qué tal si saltamos como un conejito para hacer la fila? o ¿Caminamos en cámara super lenta?” Esto crea un enfoque para más colaboración en las transiciones y en las rutinas del salón de clases y mantiene a los niños más interesados y comprometidos.

Enfóquese en lo positivo

En un webinar reciente, Prerna Richards, presidente y CEO de Together We Grow [Juntos crecemos], compartió un dicho muy bueno: “cuando usted está corrigiendo, usted no está conectando.” Este dicho nos recuerda que cuando le decimos a los niños que sigan las instrucciones eso no fomenta la formación de relaciones. Y aunque a veces hay que darle a los niños una respuesta correctiva o hacerles un recordatorio de manera gentil, debemos hacer un esfuerzo para asegurarnos que esos comentarios incluyan un lenguaje positivo.

Por ejemplo, trate de alentar a los niños pequeños cuando ellos demuestran conductas positivas cuando escuchan, cuando comparten y cuando ayudan a limpiar y enfóquese menos en llamarles la atención cuando no lo hagan, Decirles algo como  “muchas gracias por ayudarnos a limpiar los juguetes,” o “haces que tus amiguitos se sientan felices cuando compartes con ellos”, ayuda a que los niños tengan ese sentimiento de orgullo y de haber logrado algo, lo que contribuirá a que repitan ese tipo de conducta y los hábitos que usted quiere reforzar.

Explique por qué

Los niños pequeños tienden a ser  más receptivos a las reglas y directrices cuando entienden por qué son ellas importantes y cuando saben el raciocinio detrás de ellas. Por ejemplo, animamos a los niños a que usen cascos protectores cuando montan en bicicleta y les explicamos que estarán más protegidos y seguros si se llegan a caer.

A los niños les gusta ser parte de la comunidad. La forma en que usted le pida a los niños bajo su cuidado hará que ellos estén dichosos de ayudar. Usted podría incluir las razones del por qué  de sus peticiones, por ejemplo, “vamos a limpiar y a recoger después de la siesta para dejar espacio para jugar con nuestros juguetes,” o “¡vamos a lavarnos las manos antes de comer para mantener los gérmenes lejos de nuestros cuerpos y así estaremos más fuertes y saludables!” Cuando los niños entienden el propósito detrás de las instrucciones, ellos estarán más deseosos de cumplir con ellas.

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