Varios investigadores han estudiado el poder y la importancia de la música en los primeros años. Un artículo de la Carnegie Hall Corporation, titulado Why Making Music Matters: La música y el desarrollo de la primera infancia, explica que «Hacer música… puede desarrollar el control motor fino y grueso… los juegos, las canciones y el juego de ida y vuelta construyen la coordinación del cerebro y el cuerpo. La música también crea intimidad. Los niños pequeños establecen algunas de las relaciones más importantes de su vida cuando son bebés y niños pequeños… La música puede favorecer estos intercambios íntimos. Por ejemplo, cuando los cuidadores cantan canciones de cuna, utilizan el tono, el ritmo y la letra para tranquilizar, enseñar el lenguaje, comunicar esperanza y afecto y proporcionar seguridad.»
Un resumen adicional de la Fundación Novak Djokovic afirma que «la música tiene la capacidad de reforzar la conexión entre el cuerpo y el cerebro para que trabajen juntos como un equipo. Por ejemplo, cuando bailan y se mueven al ritmo de la música, los niños desarrollan mejores habilidades motoras, mientras que cantar una canción les ayuda a practicar su voz. En general, la exposición a la música ayuda a los niños en su proceso de desarrollo para aprender el sonido de los tonos y las palabras.»