Los bebés y los niños pequeños expresan su deseo de conectar con los demás de diversas maneras. Como educadores, podemos prestar un mayor apoyo cuando somos capaces de reconocer las señales que indican que estos alumnos más jóvenes buscan la interacción entre iguales.
Enun artículo para la revista de la NAEYC la investigadora, educadora y directora de programas de ECE, Tracy Redman, explica que los bebés y los niños pequeños intentan iniciar interacciones con sus compañeros de diversas maneras:
- Intentar abrazar, besar o tocar a otro niño
- Sonríe a otro niño o emite sonidos (como arrullos o balbuceos)
- Observar atentamente a otro niño que llora o expresa una gran emoción
- Reírse de o con otro niño
- Turnarse con otro niño en una acción repetitiva (como golpear un objeto contra otro)
- Observar a otro niño mientras juega (demostrar que es consciente de la presencia del otro niño)
- Saltar, chillar o caerse con otro niño.
Cuando los proveedores de educación y cuidados tempranos observan estos comportamientos en bebés y niños pequeños, pueden animarles y apoyarles reconociendo sus esfuerzos. Por ejemplo, podrías decir algo como «Ryan, me he dado cuenta de que estás viendo a Grace jugar con esos bloques. Me pregunto si a ti también te interesa jugar con los bloques».
Cómo pueden los educadores fomentar las amistades tempranas
Además de reconocer los esfuerzos por conectar, los educadores y cuidadores pueden apoyar las relaciones tempranas entre iguales proporcionando orientación y andamiaje a los bebés y niños pequeños a su cargo. A continuación encontrarás algunos consejos útiles para proporcionar ese andamiaje inicial.
Proporcionar elementos de juego grandes y colaborativos
Los objetos grandes y abiertos para jugar, como cajas de cartón vacías, almohadas y cojines, ofrecen a los niños una oportunidad divertida de practicar las interacciones sociales con sus compañeros. Por ejemplo, puedes ofrecer a los niños una gran caja de cartón con algunos lápices de colores para que coloreen, creen y exploren. A través de esta experiencia, los niños practicarán cómo compartir y respetar turnos, mientras trabajan juntos para dejar espacio a sus compañeros para que participen juntos en la actividad. También tendrán la oportunidad de practicar habilidades de resolución de problemas si surgen conflictos mientras los niños juegan todos juntos.
Observa los Momentos Enseñables
Las dificultades y los conflictos en las relaciones pueden convertirse en momentos de enseñanza para los bebés y los niños pequeños. En Artículo de la Academia Americana de Pediatría explica: «Incluso desde el principio, los niños se enfadan mucho con sus amigos. Esto te da la oportunidad de enseñar cómo… expresar la rabia sin herir verbal o físicamente a los demás». En estos momentos podemos apoyar a los niños reconociendo sus sentimientos y estableciendo límites sanos que les ayuden a comunicar sus experiencias.
Por ejemplo, si surge un desacuerdo mientras dos niños juegan con el mismo juguete, puedes decir algo como: «Me he dado cuenta de que os estáis frustrando por tener que compartir ese juguete. Está bien que os enfadéis, pero no está bien que os peguéis. Eso hace daño». Estas interacciones muestran a los niños una forma de practicar la autorregulación para que puedan interactuar con sus compañeros de forma saludable.
Ten en cuenta el temperamento
Cada niño nace con un tipo de personalidad o temperamento. Esto significa que determinadas actividades y entornos serán más cómodos para unos niños que para otros. A algunos niños les puede gustar bailar con la música alta, mientras que otros pueden sentirse abrumados por el ruido y preferir una actividad más tranquila. Cuando apoyamos el establecimiento de relaciones tempranas, es importante tener en cuenta las diferencias en las personalidades y preferencias que pueden influir en los tipos de juego que un niño determinado encuentra cómodos.
Por ejemplo, algunos niños tardan más en entrar en calor, mientras que otros pueden saltar directamente a una interacción social. Para los que tardan en entrar en calor, es útil proporcionarles el espacio necesario para que se sientan seguros y cómodos antes de iniciar una interacción con un compañero. Además, algunos niños prefieren experiencias de juego con mucha actividad, mientras que otros prefieren algo más tranquilo. Considera la posibilidad de sacar a jugar juntos a un grupo de los niños más activos para que puedan participar en actividades más enérgicas mientras los otros niños disfrutan de algo más tranquilo, como un proyecto de arte.