Durante los primeros años de vida, el cerebro de los niños establece rápidas conexiones neuronales que les preparan para descubrir el mundo que les rodea, desarrollar un sentido de identidad y aprender a aprender. Como proveedores de aprendizaje temprano, podemos ayudar a los pequeños a nuestro cuidado durante sus primeros años animándoles a abordar las nuevas experiencias con una mentalidad de crecimiento, de modo que se sientan seguros de su capacidad para comprender nuevos conceptos y probar nuevas habilidades. Con una mentalidad de crecimiento, los niños pueden disfrutar del proceso de aprendizaje, una actitud que les prepara para el éxito en la escuela y en la vida.
Introducción a la mentalidad de crecimiento
Las personas con una mentalidad de crecimiento creen que mediante la práctica y el esfuerzo son capaces de aprender cosas nuevas y conquistar nuevos retos. Entienden que la inteligencia y las capacidades se desarrollan con el tiempo, y esto les motiva a disfrutar del proceso de probar y aprender nuevas habilidades, incluso las que aún no son capaces de utilizar.
El término mentalidad de crecimiento fue introducido inicialmente por Carol Dweck, profesora de psicología de la Universidad de Stanford y autora del libro Mentalidad: Una nueva psicología del éxito. Dr. Dweck discovered the importance of mindset when she was studying pathways to academic success in students. En un artículo para Education WeekDweck explicó sus conclusiones: «Descubrimos que la mentalidad de los estudiantes -cómo perciben sus capacidades- desempeñaba un papel clave en su motivación y sus logros… Más concretamente, los estudiantes que creían que su inteligencia podía desarrollarse (una mentalidad de crecimiento) superaban a los que creían que su inteligencia era fija (una mentalidad fija).»
Mentalidad de crecimiento en la primera infancia
Los niños pequeños tienen una curiosidad y un interés naturales por aprender sobre sí mismos y sobre el mundo que les rodea. Esto les motiva a explorar cosas nuevas y les proporciona la determinación de volver a intentarlo cuando fracasan.
Lynn DeVrieseducadora del Programa de Primera Infancia de la Universidad de Nebraska, escribe que: «Los niños pequeños se inclinan naturalmente hacia la mentalidad de crecimiento, ya que sienten curiosidad por su entorno y exploran y aprenden a través de todos sus sentidos. Aprenden por ensayo y error, y de forma incidental, así como mediante el modelado y la enseñanza.»
Como educadores de la primera infancia, podemos fomentar el desarrollo temprano de una mentalidad de crecimiento aprovechando la inclinación positiva de los niños a probar cosas nuevas y ofreciéndoles oportunidades de asumir nuevos retos.
Consejos para que los educadores fomenten la mentalidad de crecimiento en los alumnos de primaria
Alabar con intención
El lenguaje que utilizamos con los niños a nuestro cargo puede tener un impacto significativo en la forma en que se ven a sí mismos. Para crear un entorno positivo y fomentar una mentalidad de crecimiento, es importante elogiar a los niños por sus esfuerzosy no por el producto final de su trabajo.
Por ejemplo, si un niño termina un proyecto de arte, puedes decirle algo como: «¡Vaya! Me he dado cuenta del trabajo que te has tomado para crear un dibujo tan bonito. Me gusta mucho cómo has elegido utilizar tantos colores diferentes». Este tipo de elogio reconoce el duro trabajo de los niños y les anima a seguir esforzándose al máximo en el futuro. Les ayuda a saber que su iniciativa y su esfuerzo son vistos y valorados, ¡y que su trabajo vale la pena!
Modelo de probar cosas nuevas
Los niños aprenden mucho observando a los adultos en quienes confían y a quienes admiran. Cuando nos ven probar cosas nuevas, les da confianza en sí mismos para asumir retos similares. Por ejemplo, si estás tomando un tentempié o una comida con los niños a tu cargo que incluye un nuevo tipo de alimento, podrías decir algo como: «Hmm… Nunca he probado esta verdura, pero voy a ser valiente y probarla».
Aprovecha el poder del «Todavía»
Cuando los niños a nuestro cuidado dicen que no pueden hacer algo, podemos ayudarles a replantear su punto de vista añadiendo la palabra «pero» al final de la frase, como recordatorio útil de que podemos hacer todas las cosas con práctica y esfuerzo.
Un artículo de la Sociedad Montessori Americana describe las ventajas de la palabra «aún»: «‘Sin embargo.’ Es una palabra tan pequeña, pero tan poderosa. Ayudar a los niños a adoptar una mentalidad de crecimiento que incluya el concepto de «todavía» les permite cambiar a una perspectiva y una visión más positivas de la vida, lo que les capacita para alcanzar su máximo potencial.»
Puedes reforzar las conversaciones sobre la mentalidad de crecimiento con los niños pequeños utilizando la palabra «todavía» para transformar la frustración en una sensación de posibilidad, y compartiendo libros infantiles que destaquen el poder de la palabra «todavía», como Y de Todavía: Un alfabeto de mentalidad de crecimiento y El mágico todavía.
Normalizar la comisión de errores
Queremos que los pequeños a nuestro cuidado sean lo suficientemente resistentes como para levantarse e intentarlo de nuevo cuando no lo consigan a la primera. Para ello, tenemos que ayudarles a aprender que cometer errores es una parte importante del proceso de aprendizaje. En lugar de ser algo de lo que avergonzarse o una señal de fracaso, los errores son una oportunidad para volver a intentarlo.
La forma en que respondes a los esfuerzos de un niño le ofrece una manera de practicar la reformulación de sus errores. Por ejemplo, puedes hacer una observación del tipo «Te he visto caerte de la bicicleta, pero estoy muy orgulloso de cómo te has levantado y has intentado montar de nuevo. Así es como aprendemos». También puedes modelar un enfoque de mentalidad de crecimiento haciendo saber a los niños cuándo has cometido un error, diciendo algo como: «Uy, hoy se me ha olvidado llevar las botellas de agua fuera con nosotros. ¡No pasa nada! Los accidentes ocurren. Iré a por ellas ahora e intentaré acordarme la próxima vez».