Aunque la ansiedad por separación es una parte muy normal del desarrollo infantil, sigue siendo estresante… para los niños, los padres y los cuidadores. Cuando los niños se sienten tristes o ansiosos, es importante que entendamos claramente lo que está pasando para poder apoyar adecuadamente sus necesidades. Con este conocimiento, podemos crear un plan con los niños y sus padres que apoye el proceso de transición individual de cada niño.
El vínculo entre el desarrollo individual y la separación
La ansiedad por separación es común, pero la experiencia de ansiedad de cada niño es única. Los niños atraviesan etapas de desarrollo a ritmos diferentes, y a algunos les cuesta más que a otros la separación.
Para bebés
Según la Academia Americana de Pediatría, la ansiedad por separación se desarrolla después de que el niño adquiera la comprensión de la permanencia de los objetos (lo que significa que los objetos siguen existiendo, incluso cuando no se pueden ver). Aunque algunos niños desarrollan esta comprensión a una edad temprana, lo normal es que empiecen a mostrar signos de ansiedad por separación alrededor de los 9 meses.
Para niños pequeños
La infancia es a menudo el punto álgido de la ansiedad por separación. La Academia Americana de Pediatría nos recuerda que «las separaciones son más difíciles cuando los niños tienen hambre, están cansados o enfermos, lo que describe la mayor parte de la infancia». A medida que los niños desarrollan su independencia durante la primera infancia, pueden ser aún más conscientes de las separaciones. Sus comportamientos en las separaciones serán ruidosos, llorosos y difíciles de detener».
Para niños en edad preescolar
BabyCenter explica que los niños suelen superar la ansiedad por separación alrededor de su tercer cumpleaños. Aunque es posible que siga viendo episodios temporales de vez en cuando, éstos suelen producirse durante las nuevas transiciones, como en el caso de un nuevo centro o un nuevo cuidador.
Cómo ayudar a los padres
Cuando los niños se sienten molestos, es probable que sus padres también experimenten ansiedad. Ningún padre quiere ver a su hijo triste, y dejarle en ese estado puede provocar sentimientos de culpa.
Asegúrese de recordar a los padres que la ansiedad por separación es temporal y que acabará pasando. Kids Health nos recuerda que si un niño nunca ha sido cuidado por nadie más que por sus padres, es completamente natural que se preocupe al ver a sus padres marcharse. Algunos niños, dependiendo de su personalidad o temperamento, pueden tener más dificultades que otros.
Consejos para los padres
La Academia Americana de Pediatría ofrece varios consejos que puedes compartir con los padres que tienen problemas para manejar estas despedidas. Algunas de sus recomendaciones son:
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Crear rutinas de despedida rápidas y coherentes: Cuando los padres se demoran, el proceso de despedida se alarga y los niños se sienten más ansiosos. Lo mejor es ser rápido y seguir adelante, incluso si el niño empieza a llorar o a enfadarse. La coherencia ayuda a los niños a establecer una rutina con los padres para que sepan qué esperar. Anime a los padres a hacer lo mismo cada día al dejar a los niños, ya sea una canción de despedida o un abrazo especial.
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Hable con los niños utilizando detalles fáciles de entender: La AAP recomienda que los padres describan cuándo van a volver utilizando frases como: «Volveré después de la siesta y antes de la merienda».
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Mantener las promesas: Cuando los padres dicen a sus hijos que se van, es importante que cumplan el plan. Aunque siempre queremos que los padres se sientan bienvenidos en el aula, recuérdeles que volver a visitarles puede ser confuso y que a menudo habrá que volver a pasar por el proceso de transición.