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Cómo hacer que la siesta sea más pacífica

A pesar de que el tiempo para hacer la siesta debe ser relajante, a veces termina siendo estresante y ajetreado. NAEYC recomienda usar la transición al momento de hacer la siesta como una oportunidad para ayudar a los niños a tomarse un descanso entre las actividades del día.  

Recuerde que apegarse a una rutina diaria regular y consistente le ofrece a los pequeños una sensación de seguridad. Los niños prosperan y se desarrollan mejor cuando las expectativas están claramente delineadas y ellos saben lo que tienen  que hacer. 

¿Qué puede hacer usted para crear un ambiente de relajación que ayude a liberar a los niños de las actividades y tensiones del día? Lea abajo algunos de los consejos de NAEYC:

Prepare la escena 

  • Lo más importante que usted puede hacer para ayudar a los niños a relajarse es tener calma. Cuando los maestros están relajados, los niños también lo estarán. 
  • Toque música apacible manteniendo bajo el volúmen.
  • Hable suavemente y baje las luces. Cierre las cortinas o las persianas para que no haya ningún niño que deba estar durmiendo en un lugar donde el sol le pegue en los ojos. 

Comience a la hora del almuerzo 

  • Cuando los niños estén terminando sus comidas, permita que cada uno de ellos se retire de la mesa, pasen por el baño, se laven las caras y las manos  y comiencen a prepararse para descansar. 
  • Facilite que cada niño consiga la colchoneta adecuada poniéndoles una etiqueta con el nombre y una imágen de los niños, de manera que puedan moverse con relativa independencia. 
  • Ayude a los niños a conseguir la ropa de cama y colocarla en su colchoneta. A veces ajustar las sábanas puede ser complicado, pero permita que los niños tengan la oportunidad de intentarlo por sí mismos.
    • Los maestros que son eficientes ofrecen apoyo mientras los niños trabajan en las tareas apropiadas para su desarrollo. 

Ayude a los niños a relajarse 

  • Déle un abrazo, una palmadita en la espalda o choque los cinco a cada niño mostrándoles que usted los valora y los aprecia. 
  • Hágales saber y sentir a los niños que el salón de clases es un lugar seguro y que habrá alguien cuidándolos mientras tengan los ojos cerrados. Dormir tranquilamente es un acto de confianza. 
  • Si el niño quiere, frote la espalda o acaricie su cabeza para ayudarlo a relajarse. Algunos niños necesitan una ayuda y atención extras para ayudarlos a quedarse dormidos. 

Lea un cuento reconfortante 

  • Si usted lee historias antes de la siesta, asegúrese que los libros que lea crean un ambiente de calma en el salón de clases, con imágenes y palabras serenas. Moon Dreams (Sueños de la luna), por Ruth Martin, The Napping House (La casa de las siestas), por Audrey Wood, y Time for Bed (Tiempo para dormir), por Mem Fox, son tres libros que transmiten una sensación de calma y de calidez. 

Despertarse 

  • Cuando los niños se despierten y estén listos para levantarse no los fuerce a quedarse descansando. Los niños están aprendiendo a escuchar y a entender sus propios cuerpos y reconocen cuando han descansado lo suficiente y están listos para despertarse. 
    • Permita que los niños trabajen en una actividad tranquila, apartados de los niños que todavía están descansando para que sus amigos no sean perturbados. 
  • A medida que los niños vayan despertando, recuérdeles que hay otros que siguen durmiendo, por lo que deben hablar bajito y respetar a sus compañeros que necesitan más descanso. 

¿Necesita otras sugerencias? 

Vanessa Levin de Pre-K Pages escribió un artículo titulado Nap Time Tips for Preschool Teachers (Consejos para los maestros de preescolar  para la hora de la siesta) donde ella comparte sus consejos favoritos para tener una hora de siesta exitosa. Algunas de sus sugerencias se listan a continuación:  

  1. Enseñe destrezas a través del día con relación a la hora de la siesta. Modele conductas, hable sobre las expectativas, practique cómo estar listos y cómo acostarse en otros momentos.
  2. Esté completamente presente. La hora de la siesta es parte de la experiencia de aprendizaje de los niños. 
  3. Planee con antelación. ¿Qué hará usted con los niños que tienen dificultad calmándose? ¿Cómo maneja a un niño que no hace la siesta? Sea considerado y reflexivo en todo lo que usted haga.
  4. Establezca expectativas realistas. Si la hora de la siesta es un asunto de disciplina, entonces debemos revisar nuestras expectativas. Evalúe lo que usted está haciendo, haga los ajustes necesarios e intente de nuevo.  
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