A los bebés y niños pequeños les encantan las actividades sensoriales que les permiten aplastar, apretar y explorar diferentes texturas con las manos. Este tipo de experiencias sensoriales favorecen el desarrollo temprano animando a los más pequeños a descubrir con los sentidos mientras refuerzan la motricidad fina de manos y dedos. Cuando incorpore actividades sensoriales a los programas para bebés y niños pequeños, recuerde que a ellos les gusta explorar tanto con el sentido del gusto como con el del tacto, y ofrézcales sólo experiencias sensoriales seguras para el gusto. En este artículo, compartimos algunas recetas sencillas de preparar para actividades de aprendizaje sensorial que son atractivas y seguras.
Frutas y verduras congeladas
Los productos congelados, como los guisantes, el maíz y las bayas, son ingredientes maravillosos para la exploración sensorial y el aprendizaje. Guisantes congelados son especialmente beneficiosos porque su pequeño tamaño anima a los más pequeños a intentar cogerlos entre el dedo índice y el pulgar, lo que les ayuda a fortalecer los músculos de las manos que más tarde utilizarán para sujetar un lápiz.
Los productos congelados también son económicos y seguros (¡y sanos!) de consumir. Para incorporar frutas y verduras congeladas a una actividad sensorial, basta con poner algunos productos congelados en una bandeja pequeña y colocar cucharones y tazas de tamaño infantil. Deje reposar los productos durante uno o dos minutos para que se ablanden y, a continuación, dé un cucharón o un vaso a los pequeños alumnos de su programa para que aprendan y exploren.
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