En esencia, el juego dirigido por el niño es exactamente lo que parece: es un juego iniciado y dirigido por el niño, utilizando materiales que él elige y reglas que él inventa. En un artículo para el blog Imagination PlaygroundAndie Stallman, MA, investigadora en estudios sobre la infancia y el juego, ofrece esta descripción del juego dirigido por niños: «El juego dirigido por el niño lo dirigen principalmente los niños y consiste en actividades en las que han elegido participar basándose en sus intereses y deseos. Puede parecerse al juego independiente con bloques o a jugar a las casitas con los amigos. Sin embargo, no incluye las actividades hacia las que un profesor o un padre les ha guiado o para las que ha creado reglas.»
¿Cómo beneficia a los niños pequeños el juego dirigido por niños?
Cuando los niños eligen y dirigen su propio juego, son libres de seguir su curiosidad, participar en actividades que les interesan y probar nuevas habilidades. A Hospital Infantil de Seattle artículo creado para padres de niños pequeños, enumera varias formas en que el juego dirigido por el niño puede favorecer el aprendizaje y el desarrollo de los niños pequeños:
- Crea un sentido de autodirección y confianza en uno mismo. Cuando se da a los niños la oportunidad de liderar su aprendizaje lúdico, les ayuda a sentirse capacitados, capaces de probar cosas nuevas de forma divertida y atractiva.
- Fomenta el lenguaje y el desarrollo social. El juego dirigido por los niños les permite dedicarse a temas, ideas y actividades que les interesan.
Mientras juegan, es probable que se muestren deseosos de compartir su entusiasmo por las cosas en las que están trabajando, lo que dará lugar a conversaciones significativas y alegres con sus compañeros y cuidadores.
- Refuerza la relación cuidador-niño. Cuando seguimos la iniciativa de un niño durante el juego, estamos demostrando nuestro interés por sus ideas y por las cosas que le emocionan.
Estas interacciones se convierten en momentos significativos que pueden ayudar a reforzar nuestra conexión con cada niño.
¿Cómo puedo incorporar el juego dirigido por niños en mi aula?
Ofrecer materiales abiertos
Comprueba los espacios de juego de tu aula para asegurarte de que incluyen una variedad de materiales abiertos para que los niños se entretengan con ellos.
Pueden ser objetos encontrados en la naturaleza, como ramitas y piñas, o materiales reciclados, como corchos, anillas de tarros de albañil y trozos de madera.
Como estos objetos no tienen un uso definido ni un resultado previsto, los niños son libres de incorporarlos al juego del modo que les sugiera su imaginación.
Involucrar los intereses individuales
Tómate tiempo a lo largo del día para observar a los niños a tu cargo mientras juegan.
Fíjate en los tipos de materiales, conceptos e ideas que les resultan interesantes para que puedas incorporarlos a tu clase y a tu plan de estudios.
Por ejemplo, si a un niño le resulta especialmente atractivo hacer rodar pelotas por la habitación, puedes plantearte introducir otros objetos que rueden, como coches de juguete o distintos tipos de aros.
O, si a los niños les interesa construir con bloques de madera, añade otros objetos que puedan utilizarse como materiales de construcción, como cajas de cartón de distintos tamaños.
Ofrecer objetos que incorporen y amplíen los intereses naturales del niño es una forma sencilla de implicarlo en un juego y un aprendizaje significativos.
Programa tiempo para jugar libremente
Intenta programar bloques de tiempo a lo largo del día en los que se invite a los niños a deambular por tu espacio de juego e inspirarse en los objetos que encuentren allí.
Mantener una variedad de materiales a la altura de los ojos de los niños hace más probable que descubran un objeto y lo conviertan en un juego o una idea para jugar.
Cuando das un paso atrás y observas durante el tiempo de juego libre, en lugar de iniciar actividades para los niños, les ofreces la oportunidad de apropiarse realmente de su juego.
¡Di que sí!
A lo largo del día, los niños preguntarán a menudo si pueden jugar con determinados juguetes, leer un libro concreto o pasar tiempo al aire libre. En la medida de lo posible, ¡intenta decir que sí! Es una forma sencilla de seguir el ejemplo de los niños a tu cargo.