En la niñez temprana se descubre una nueva independencia que ofrece nuevas oportunidades de exploración coincidiendo con el deseo de hacer valer el control sobre los horizontes que se amplían en su ambiente. Para ese momento los pequeños no han aprendido aún a regular sus emociones y pueden sentirse abrumados por el ciclo continuo de entusiasmos y frustraciones que caracterizan ese vívido estado de su desarrollo. Estas emociones tan agobiantes acompañadas por las habilidades de autocontrol aún en formación son expresadas con comportamientos desafiantes. En este artículo exploramos las conductas más comunes en niños pequeños y compartimos algunos consejos para responder a ellas con paciencia y compasión hacia los chiquitos que se esfuerzan para lidiar con esas emociones tan fuertes.
Comportamientos comunes en niños pequeños
Los niños pequeños tienen altos niveles de energía y disfrutan mucho cuando corren, saltan, escalan y exploran el mundo a su alrededor. Mientras aprenden a mover sus cuerpos comienzan a ganar confianza en su sentido de independencia y notan que se están separando de sus cuidadores. Esto hace que se sientan atraídos por experimentar nuevas cosas y tratar de controlar más sus ambientes. Al mismo tiempo, y por el hecho de que aún no poseen las habilidades lingüísticas para comunicar sus necesidades o para controlar sus reacciones emocionales, hace que se sientan frustrados y desilusionados.
Aquellos que trabajan con niños pequeños pueden notar opiniones fuertes y emociones encontradas en los pequeños. Cuando éstos se sienten agobiados usted podrá observar golpes, empujones y otras conductas agresivas. A esta edad, los niños también gimen, gritan y lanzan rabietas cuando no salen las cosas como ellos quieren. Estas conductas donde se empujan los límites pueden ser muy frustrantes para quienes cuidan a los niños.
Desarrollo en la infancia temprana
Janet Lansbury es una experta en desarrollo de infantes y niños pequeños, además de ser mentora de padres y autora del libro de mayor venta, Los niños malos no existen: Disciplina sin vergüenza para los más pequeños. Lansbury resalta que la conducta de los niños pequeños es impactada por sus habilidades de desarrollo cognitivo y regulación emocional: “sensible, intensamente emocional, y una severa falta de control de los impulsos, los niños pequeños usan con frecuencia maneras ‘inusuales’ para expresar sus necesidades y sus sentimientos…La simple explicación es la combinación de la corteza prefrontal inmadura y emociones turbulentas de la infancia.Dicho de manera más simple: los niños se abruman fácilmente por los impulsos que son más grandes y más fuertes que ellos mismos.”
Las conductas de los niños pequeños pueden ser desafiantes, pero es importante recordar que son parte del desarrollo normal de los niños de esa edad. ZERO TO THREE [CERO A TRES] explica, “El trabajo de un niño pequeño consiste en ser desafiante…mientras tienen el deseo de ser el mismo por completo cuando aún no han dominado su autocontrol. Ellos son influenciados más por sus necesidades, sus deseos y sus impulsos, pero no por la lógica y la razón. Para bien o para mal, las conductas más frustrantes de los niños pequeños son generalmente normales y apropiadas para su desarrollo.”
Respondiendo con paciencia y comprensión
Cuando los niños pequeños actúan de manera agresiva o demuestran conductas difíciles podría sentirse como si fueran también intencionalmente desafiantes. Es importante recordar que su comportamiento no es personal. Janet Lansbury agrega, “desafíos, agresión y otras conductas que empujan los límites es la manera en que nuestros niños tienen para comunicarnos que sus impulsos están dominando. El autocontrol no está presente y ellos necesitan saber que pueden contar con nosotros como respaldo. Esto solamente ocurre cuando nos involucramos, más no cuando les damos la espalda enojados o juzgándolos.”
Es importante que recordemos que tenemos herramientas que nos permiten responder en esos momentos con compasión y con apoyo cuando la conducta de ese niño pequeño sea difícil. ZERO TO THREE hace las siguientes recomendaciones:
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Valide los sentimientos. Es importante que validemos las grandes emociones cuando los niños las están experimentando: “Yo entiendo que tú no quieres prepararte para hacer la siesta. Es difícil pasar del juego al descanso.”
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Ofrezca alternativas. Cuando a los pequeños se les dificulte escucharnos, podremos ofrecerles alternativas. Eso les dará una sensación de control y reducirá la conducta desafiante: “¿Tú quieres acostarte con tu osito de peluche o prefieres otro animal de peluche para que te acompañe en tu siesta de hoy?”
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Use humor. Hacerse el gracioso es una manera fabulosa de relajar las tensiones y animar el ambiente. Usted puede leer un cuento usando una voz tonta o puede ponerse la cobija del niño sobre su cabeza. El humor puede ayudar a refrescar después de momentos de frustración.
También es importante recordar el poder que tiene sobre los niños que nosotros los adultos ́seamos modelos de regulación emocional. Aún cuando los niños nos desafíen, nuestro trabajo es mantenernos calmados lo más posible como parte de lo que ocurre cuando ellos no son capaces de manejar sus grandes emociones. Podemos ayudar a nuestros niños dándoles mucho amor y apoyo, compartiendo herramientas y modelando conductas que pueden guiarlos cuando están enfrentando esas emociones.