Los proyectos de arte pueden ser disfrutados aun a muy tierna edad. Los infantes se encantan con las experiencias sensoriales que les permiten experimentar diferentes formas, materiales y texturas. Ellos comienzan a notar la diferencia entre un papel suave y una pintura de deditos que pueden estrujar, y con frecuencia también gozarán ensuciándose! En este artículo exploramos algunas maneras simples de introducir el arte y las experiencias creativas a los pequeños que están bajo su cuidado.
Una vez que los infantes pueden sentarse por sí solos comienzan a participar en un número de actividades que los atrae hacia la exploración creativa. Usted puede comenzar ofreciéndoles un papel grande con algunos marcadores gruesos o crayones con los que pueden continuar desarrollando sus habilidades motoras finas al agarrar dichos objetos en sus manos. Agregar pinturas les dará una experiencia sensorial adicional para los proyectos artísticos.
Una sugerencia importante es dejar que el niño muestre el camino! Mientras observa a los infantes practicar sus primeros dibujos, usted puede hacerles algunas preguntas para guiar sus observaciones: ¿Qué tipo de preguntas cree usted que ellos se estarían haciendo a sí mismos? ¿Qué les llama la atención para curiosear? ¿Están interesados en la textura crujiente del papel o en los colores brillantes de los marcadores? Rachelle Doorley, una pedagoga y fundadora de TinkerLab, comparte una experiencia vivida con su propia hijita: “Ella pareciera entender que es la responsable por hacer las marcas en el papel de la misma manera que reconoce que cuando baja el switch de la luz, la luz se apaga. Es extraordinario observar estas primeras veces y los momentos con sus ‘ah-hah’, mientras cada una de las experiencias se van edificando en estas bases.”
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Crear un collage con papel pegante es otra manera fabulosa de presentar estas experiencias sensoriales a los infantes. Este proyecto ayudará a que los chiquitos experimenten cómo se siente la “pegajosidad” mientras practican pegar, quitar y volver a pegar una variedad de texturas diferentes. Cualquier pedazo de tela que ya no use, papel, y materiales de la naturaleza (como hojas, flores, palitos) pueden ser usados para hacer collages bellos y únicos.
Si usted no tiene papel pegante a la mano también puede realizar una actividad parecida usando cartulinas grandes y pegatinas o stickers. Los niños disfrutarán al ver el paso de la luz a través de los diferentes colores y formas que colocaron en una ventana baja o en una puerta de vidrio.
Aquí hay otras ideas para agregar entretenimiento y goce, variedad y aprendizaje con estas actividades…
Use plumas, lana, pañuelos de papel, piezas de cartón o pompones en el papel pegante para agregar más texturas.
Ofrezca objetos de la misma familia de colores para pegar en la superficie y háblele a los niños sobre los diferentes tonos de ese color.
Corte el papel pegante en diferentes formas, como por ejemplo, de corazón o estrellas, y así irá introduciéndolos a las habilidades fundamentales y básicas de las matemáticas.
Ofrezca letras de goma espuma para pegarlas en el papel y tenga conversaciones con los niños sobre las diferentes letras que están adhiriendo al papel.
Corte imágenes de revistas incluyendo de comidas, de plantas y caras para que los pequeños vean gente diferente, lugares y otras cosas para completar su collage.
Pintar con los dedos es una manera divertida para que los niños sientan y exploren diferentes texturas. Por el hecho de que los chiquitos se llevan las cosas a la boca es importante ofrecerles pinturas que sean inocuas al sabor. Una receta popular, y que además es fácil de hacer incluye sólo dos ingredientes — yogurt simple y colorante de alimentos! Pueden incluirse a los niños más grandecitos para que revuelvan y mezclen los diferentes colores con el yogurt.
Haga click aquí para aprender más sobre la pintura de deditos basada en yogurt, incluyendo algunas ideas divertidas para usar en su salón de clases.
