¿Cómo sabemos que un niño está preparado para la guardería? Como proveedores de atención y educación tempranas, apoyamos el desarrollo de las habilidades físicas, sociales, emocionales y cognitivas que sientan las bases para que los niños prosperen en la guardería, la escuela primaria y más allá. En este artículo, echamos un vistazo a las habilidades sociales y emocionales fundamentales que permiten a los niños prestar atención en clase, establecer relaciones con sus compañeros, gestionar sus emociones y mucho más. Es el primero de la serie Preparación para la guardería de G2K, una serie de artículos en los que exploraremos los muchos dominios de aprendizaje de la primera infancia.
El aprendizaje socioemocional (SEL, Social-Emotional Learning) se refiere a las habilidades que los niños pequeños adquieren a medida que establecen relaciones consigo mismos y con los demás. La Guía de Prácticas Eficaces de Head Start describe la diferencia entre aprendizaje social y emocional «El desarrollo social es la capacidad de un niño para crear y mantener relaciones significativas con los adultos y otros niños. El desarrollo emocional es la capacidad del niño para expresar, reconocer y gestionar sus emociones, así como para responder adecuadamente a las emociones de los demás.»
Las investigaciones apuntan a una clara conexión entre las habilidades socioemocionales de los niños pequeños y el éxito académico temprano. Una base sólida en habilidades SEL, incluida la capacidad de centrar la atención, regular el comportamiento y llevarse bien con los demás, contribuye de forma decisiva al éxito académico continuado del niño.
La Dra. Barbara Smith, Profesora de Investigación de la Universidad de Denver especializada en atención y educación tempranas, explica que «la ciencia ha establecido un vínculo convincente entre el desarrollo social/emocional y el comportamiento y el éxito escolar… Los niños pequeños no pueden aprender a leer si tienen problemas que les distraen de las actividades educativas, problemas para seguir instrucciones, problemas para llevarse bien con los demás y controlar las emociones negativas, y problemas que interfieren en las relaciones con sus compañeros, profesores y padres.»
Las habilidades sociales y emocionales preparan a los niños para ser participantes activos en el entorno del aula, con confianza en su capacidad para aprender y mejorar. Muchas de las capacidades que favorecen el éxito académico se basan en habilidades sociales y emocionales que empiezan a surgir durante la infancia y la primera niñez. Entre las habilidades socioemocionales con un impacto positivo en el aprendizaje académico se incluyen las siguientes:
La formación de habilidades SEL comienza en el nacimiento y se desarrolla rápidamente, a medida que los niños establecen relaciones con los adultos que les cuidan. A medida que los niños crecen y sus cerebros siguen desarrollándose, empiezan a dominar habilidades más complejas. A continuación encontrarás información sobre las habilidades socioemocionales hitos del desarrolloy sobre el impacto positivo que una relación comprometida con el cuidador tiene en el aprendizaje socioemocional del niño.
A los seis meses, los bebés empiezan a ganar más movilidad para explorar el mundo que les rodea y conectar con los demás. Desarrollan habilidades sociales a medida que empiezan a reconocer a personas conocidas, junto con un mayor sentido de sí mismos cuando disfrutan mirándose en el espejo. Podemos ayudar a los bebés a desarrollar habilidades básicas de regulación emocional ayudándoles a calmarse cuando están tristes, por ejemplo hablándoles suavemente y cogiéndoles en brazos o meciéndoles.
En su primer cumpleaños, los niños empiezan a disfrutar de más interacciones sociales. Entablarán conversaciones de ida y vuelta y jugarán a juegos sencillos, como dar palmaditas. A esta edad, los niños empiezan a explorar su sentido de la independencia. Podemos ayudarles a tener más confianza en sí mismos dándoles la oportunidad de probar cosas por sí mismos, como vestirse o comer solos durante la comida.
Durante la primera infancia, los niños se vuelven más conscientes de los sentimientos y reacciones de los demás. Puedes observar que los niños de esta edad se dan cuenta de que sus compañeros están enfadados, o se detienen o ponen cara de tristeza cuando alguien llora. A menudo consultarán a sus cuidadores para ver cómo reaccionar ante una situación nueva. A los dos años, los niños juegan unos junto a otros, pero aún están aprendiendo a compartir y a resolver problemas. Podemos ayudarles a practicar cómo compartir, turnarse y utilizar palabras para comunicarse con otros niños.
Cuando los niños entran en la etapa preescolar, empiezan a formar amistades y a tener más confianza al interactuar con sus compañeros. Empiezan a verse a sí mismos como una persona completa que incluye un cuerpo, una mente y sentimientos. A esta edad, podemos apoyar el desarrollo de las habilidades SEL fomentando el juego cooperativo para ayudar a los niños a aprender sobre la amistad. También podemos introducir palabras que describan emociones, para que aprendan a describir lo que sienten.
A los cuatro años, podemos observar que los niños utilizan sus habilidades sociales en desarrollo cuando participan en juegos dramáticos más avanzados y complejos. Empiezan a demostrar sentido de la empatía consolando a un compañero que está herido o abrazando a un amigo que llora. Podemos apoyar el desarrollo de las habilidades sociales a esta edad, pero mostrando a los niños juegos al aire libre que puedan disfrutar unos con otros, como el pilla-pilla, el sigue al líder y el escondite. Estos juegos activos también ofrecen oportunidades para que los niños practiquen la comunicación y la cooperación.
A medida que se acercan a la edad primaria, los niños son capaces de ayudar con tareas sencillas en el aula, como recoger la mesa después de comer. También empiezan a sentirse más cómodos utilizando un lenguaje básico para expresar cómo se sienten. Los educadores pueden apoyar el desarrollo de los niños a esta edad hablando con ellos sobre sus experiencias y continuando la introducción de palabras de vocabulario que puedan utilizar para etiquetar sus emociones.
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