La infancia es una época emocionante de rápido desarrollo. Durante esta etapa de aprendizaje temprano, ¡los pequeños hacen nuevos descubrimientos y alcanzan nuevos hitos cada día!
En las aulas infantiles, los educadores tienen la oportunidad de apoyar este crecimiento ofreciendo entornos de alta calidad que sean estimulantes, atractivos y apropiados para el desarrollo. La creación de estos espacios requiere un cuidado y una planificación minuciosos, y tener en cuenta el modo en que los bebés aprenden mientras observan el mundo que les rodea. En este artículo, compartimos consejos y recursos diseñados para ayudar a los proveedores de atención y aprendizaje infantil a crear entornos de aprendizaje de alta calidad que favorezcan el desarrollo, el crecimiento y el aprendizaje de los bebés.
En el campo del aprendizaje temprano, la expresión «alta calidad» se utiliza a menudo para describir las aulas y el plan de estudios. Pero, ¿qué significan realmente estas palabras? ¿Qué hace que un entorno de aprendizaje temprano sea de «alta calidad»? Un espacio de aprendizaje de alta calidad requiere una planificación meditada y materiales y centros de aprendizaje cuidadosamente seleccionados y diseñados para apoyar el progreso del desarrollo de los niños que juegan y aprenden en él. Los espacios de aprendizaje temprano de alta calidad incluyen elementos que estimulan y atraen el sentido natural de exploración de los niños y su inclinación hacia el aprendizaje a través del juego.
Según la NAEYC los espacios de aprendizaje temprano de alta calidad se caracterizan por
Los espacios de aprendizaje infantil de alta calidad comparten las mismas cualidades que las que se encuentran en las aulas de alta calidad para niños pequeños y preescolares. A continuación se ofrecen algunas sugerencias para adaptar los espacios de los programas y las aulas a las necesidades de aprendizaje de los bebés y a los hitos de su desarrollo.
Pon las relaciones en primer plano
Durante los primeros años de los niños, el aprendizaje se produce en el contexto de las relaciones. Los pequeños experimentan y aprenden sobre el mundo a través de las interacciones con sus cuidadores adultos. En artículo del Center on the Developing Child de la Universidad de Harvard señala que «La calidad y estabilidad de las relaciones humanas de un niño en los primeros años sientan las bases de una amplia gama de resultados posteriores del desarrollo que realmente importan… las relaciones son los ‘ingredientes activos’ de la influencia del entorno en el desarrollo humano sano. Incorporan las cualidades que mejor fomentan la competencia y el bienestar: capacidad de respuesta individualizada, acción e interacción mutuas y conexión emocional con otro ser humano.»
Podemos establecer relaciones con los bebés entablando una comunicación de ida y vuelta cantando o escuchando música juntos leyendo libros juntos y respondiendo a sus señales cuando nos hacen saber que tienen hambre, están cansados o incómodos. Cuando hacemos hincapié en la relación con los bebés a nuestro cuidado, les ayudamos a tener una sensación de seguridad que, en última instancia, les anima a sentirse seguros mientras juegan y exploran en el aula.
A lo largo de la etapa infantil del desarrollo, los pequeños transitan por diversos tipos de movimiento. Empiezan a moverse por su entorno rodando, para pasar después a gatear, ponerse de pie y, finalmente, dar sus primeros pasos. Todos estos diferentes tipos de movimiento requieren espacios seguros y suaves que den a los pequeños muchas oportunidades de moverse.
Piensa en tu aula infantil y comprueba si hay espacios abiertos con alfombras blandas o cojines cerca que animen a los niños a deambular y mover el cuerpo. Esto favorece su crecimiento de diversas maneras: desde el fortalecimiento del desarrollo físico, ya que ejercitan los grandes músculos de brazos y piernas, hasta el fomento de su sentido de la curiosidad, ya que exploran la habitación y encuentran cosas nuevas que les interesa descubrir.
La etapa infantil del desarrollo está llena de exploración táctil, ya que los bebés aprenden sobre el mundo que les rodea palpando cosas con las manos e investigando objetos con la boca. Estas experiencias son importantes para apoyar el desarrollo del cerebro del bebé. Un artículo de Goodstart Aprendizaje Temprano explica: «Con el juego sensorial, siempre ocurre mucho más de lo que se ve a simple vista. Las actividades sensoriales, además de ser divertidas e interesantes para los bebés y los niños pequeños, animan a los niños a explorar e investigar. Además, estas actividades ayudan a los niños a utilizar el «método científico» de observar, formar una hipótesis, experimentar y sacar conclusiones.»
Por eso, incorporar diferentes texturas a tu clase puede ser especialmente estimulante para los pequeños de esta edad. Podemos crear una variedad de espacios texturalmente interesantes incorporando materiales ricos en texturas a nuestras aulas y planes de estudios. Algunas opciones divertidas son…
